Darle un cambio de imagen a un dormitorio es lo más gratificante que puede haber. Saber que transformas una estancia que antes no era “nada” a convertirla en algo encantador es tarea que a veces no es fácil teniendo en cuenta un presupuesto ajustado.
Todo hay que elegirlo al detalle, colores, texturas, distribución etc. para que el resultado sea asombroso y digno de ver.
Está demostrado que las casas que se preparan y se reforman se alquilan antes, además de que la inversión que haces la recuperas en poco tiempo como es el caso de este apartamento.
Hoy os muestro este proyecto terminado, me gusta mucho el resultado, con poco dinero he logrado convertir este dormitorio en otro totalmente distinto, no parece que sea el mismo. Os voy dando las pautas para que os sirvan de inspiración. Aquí os lo dejo.
Como protagonista el papel pintado de plumas en tonos grises y amarillos es el foco principal de esta habitación que además hace que resalten los demás complementos que lo componen.
La cama viste un cabecero de hierro blanco y para las mesas de noche coloqué estas redondas con bandeja extraíble que se pueden utilizar para desayunar en la cama
Los textiles se renovaron en tonos amarillos para dar frescura a la habitación y toques en color gris.
Las puertas de los armarios se lacaron en blanco mate para lograr una mayor amplitud e iluminación y el interior del armario se forró del mismo papel del cabecero.
Los tiradores se cambiaron por otros más actuales en negro y plata.
La puerta de paso también se lacó en blanco y la manilla se pintó en negro.