Este apartamento situado en una de las zonas más solicitadas de Tenerife necesitaba una transformación sencilla, pero con un gran impacto visual. El objetivo era claro: renovar su imagen para hacerlo más atractivo en el mercado de alquiler. A través de un cambio de estilo y algunos detalles bien escogidos, el espacio ha pasado de ser funcional a convertirse en un lugar acogedor, luminoso y lleno de personalidad.
El corazón de la vivienda es un salón integrado con la cocina, que refleja un ambiente contemporáneo y fresco. La simplicidad de sus líneas se combina con detalles vibrantes que lo llenan de vida. La paleta cromática se apoya en una base neutra de blancos y beiges que aporta serenidad y amplitud visual. Sobre ella, los acentos de color mostaza, presentes en cojines, sillas y complementos decorativos, introducen energía y optimismo, creando un contraste equilibrado con la suavidad de los tonos principales. Este juego cromático no solo ilumina el espacio, sino que también le da personalidad y dinamismo.
El mobiliario se caracteriza por sus líneas rectas y funcionales, de inspiración nórdica y minimalista. El sofá en tono beige, amplio y mullido, se convierte en el centro de la estancia, acompañado de una mesa de centro ligera y práctica. Frente a él, un mueble bajo de televisión en blanco con patas de madera inclinadas encaja a la perfección con el estilo escandinavo del conjunto. La zona del comedor, integrada junto a la cocina, destaca con su mesa redonda blanca y sillas mostaza, creando un rincón luminoso y lleno de carácter.
Las texturas textiles, desde el tapizado de las sillas hasta los cojines de terciopelo y la alfombra neutra, aportan suavidad y confort.
Una lámpara colgante de diseño orgánico sobre la mesa de comedor añade un toque escultórico y acogedor.
Los espejos circulares con marcos dorados multiplican la luz y aportan un toque elegante sin recargar. Los cuadros, con guiños artísticos como la reproducción de Van Gogh, junto con piezas artesanales como el adorno de fibras naturales en la pared, añaden interés visual y un aire cosmopolita. Las plantas en cestos y macetas, tanto naturales como decorativas, introducen frescura y un vínculo con la naturaleza, completando un espacio donde cada detalle está pensado para transmitir bienestar.
En el dormitorio, la misma gama cromática se mantiene como hilo conductor, logrando que el conjunto del apartamento fluya de manera armoniosa. El papel pintado que viste la pared principal es el gran protagonista de la estancia. Su diseño de hojas en tonos grises y dorados, sobre un fondo claro, aporta profundidad y un aire sofisticado que convierte la habitación en un espacio único. La cama, de líneas rectas y acabado blanco, se viste con un juego de textiles geométricos en grises, beiges y amarillos, reforzando la continuidad visual con el salón. A ambos lados, mesillas con lámparas en color mostaza añaden un punto vibrante que equilibra la serenidad de la composición.
Uno de los recursos más acertados en este dormitorio es el panelado de madera situado frente a la cama. Además de aportar calidez al ambiente, cumple una función práctica: ocultar el cableado del televisor y mantener la estancia ordenada y limpia visualmente. Es un detalle sencillo, pero muy eficaz para reforzar la sensación de equilibrio y cuidado en el diseño.
En conjunto, tanto el salón como el dormitorio forman parte de una vivienda diseñada con coherencia y estilo. La continuidad cromática hacen de este apartamento un lugar luminoso, acogedor y lleno de personalidad. Con esta renovación, no solo se adapta a las exigencias del mercado actual, sino que también se convierte en una opción especialmente atractiva para quienes buscan alquilar en una de las zonas más solicitadas de Tenerife.
Un ejemplo perfecto de cómo una reforma sencilla, bien planteada y cuidada en los detalles, puede marcar la diferencia a la hora de atraer al inquilino ideal, especialmente teniendo en cuenta que la inversión realizada ha sido mínima en comparación con el resultado obtenido.