Esta estancia era antes un recibidor, apenas tenía uso, ya que la casa dispone de dos entradas principales.
Como justo al lado está la cocina, le propuse a la clienta de hacer un pequeño espacio destinado a un comedor de diario, la idea le encanto, de esta manera no tendrían que desplazarse hasta el salón para comer, sino que utilizando esta pequeña estancia dimos por resuelto una de las necesidades del proyecto.
Fue muy sencillo y económico de hacer, se colocó un parquet de roble lavabo en el suelo.
En algunas partes de las paredes se colocaron un papel pintado de Leroy Merlin y en otras hicimos un zócalo que se pintó en un color azul en la parte inferior y en la parte superior seguimos con el mismo papel. El encuentro entre ambos se remató con un pequeño perfil de madera de roble.
Para el mobiliario, pusimos una cajonera vintage en dos tonos que sirve para guardar manteles y cubiertos. La parte superior, el sobre de la cajonera es de espejo, donde coloque una lámpara con tulipa opaca de cristal.
La mesa es de cristal con las patas en acero brillo, y las sillas son del mismo estilo vintage que la cajonera solo que se tapizaron con tela lavable en tonalidades marrones de rayas.
En la ventana se colocó un estore de screem en color blanco que deja pasar la luz natural del exterior además que son estupendos porque no se decolora, no encogen al lavarlos ni se deshilacha.
Como nota principal cabe destacar las acuarelas que enmarcar la pared de la mesa.
Con estos pequeños cambios conseguí un espacio destinado al comedor de diario sin hacer una gran inversión.